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El estiramiento estático (static stretching, SS) es una técnica ampliamente utilizada tanto en contextos deportivos como clínicos para aumentar el rango de movimiento articular (ROM), con el objetivo de mejorar el rendimiento físico y reducir el riesgo de lesiones. A pesar de su uso generalizado, los mecanismos fisiológicos detrás de estas mejoras siguen siendo poco comprendidos. Existe debate sobre si las mejoras en el ROM se deben a adaptaciones mecánicas y/o estructurales del sistema músculo-tendinoso (MTU), o si simplemente reflejan una mayor tolerancia al estiramiento.
Debido a las propiedades viscoelásticas del MTU, durante el alargamiento pasivo de un músculo se genera un aumento no lineal del torque pasivo. Algunos estudios han propuesto que una reducción del torque pasivo a una misma longitud muscular indica una disminución de la rigidez mecánica. La rigidez se ha cuantificado a través de la pendiente de la curva torque-ángulo antes y después del estiramiento. Sin embargo, este enfoque no distingue los diferentes componentes del MTU (músculo, tendón, fascia, ligamentos, cápsula articular, nervios).
Más recientemente, se han utilizado técnicas como la elastografía por ondas de corte para medir directamente la rigidez muscular y la ecografía para observar cambios estructurales como la longitud del fascículo. Una mayor tolerancia al estiramiento se infiere cuando el ROM aumenta sin cambios en el torque pasivo o la rigidez, o cuando el nuevo ROM final está asociado a un mayor torque resistivo pasivo máximo (PRT).
La evidencia existente sobre los mecanismos del SS es contradictoria. Algunas revisiones sistemáticas han sugerido que múltiples sesiones de estiramiento aumentan la tolerancia sin afectar la rigidez ni la longitud del fascículo. Otras han encontrado reducciones en la rigidez muscular o aumentos en la longitud del fascículo con protocolos prolongados de SS. Estas discrepancias podrían explicarse por variaciones en la duración, volumen, intensidad del estiramiento o características de los participantes (sexo, edad, estado de entrenamiento, flexibilidad inicial).
Ante estas inconsistencias, los autores plantean dos objetivos principales:
- Evaluar el efecto del SS agudo (una sesión) y crónico (múltiples sesiones) sobre la tolerancia al estiramiento, rigidez y longitud del fascículo.
- Investigar si estas variables están asociadas con mejoras en el ROM.
Los resultados muestran que tanto el SS agudo como el crónico reducen la rigidez global del sistema músculo-tendinoso, mientras que solo el SS crónico mejora significativamente la tolerancia al estiramiento. En ninguno de los casos se observaron cambios en la longitud del fascículo muscular. Además, las mejoras en el ROM tras SS crónico están significativamente asociadas con reducciones en la rigidez y aumentos en la tolerancia al estiramiento.
Estos hallazgos sugieren que, si bien puede haber una respuesta mecánica inmediata con una sola sesión de SS, las mejoras sostenidas en el ROM requieren cambios tanto mecánicos como sensoriales (tolerancia al estiramiento), especialmente en protocolos prolongados.
Tolerancia al estiramiento
El aumento moderado en el PRT máximo tras el SS crónico indica una mayor tolerancia al estiramiento, probablemente resultado de adaptaciones sensoriales. Se cree que el SS crónico reduce la sensibilidad de los receptores del dolor en el MTU, elevando el umbral al dolor y permitiendo al individuo tolerar estiramientos más amplios. También se ha sugerido que el estiramiento produce compresión isquémica local con efecto analgésico, aunque el mecanismo exacto aún es incierto.
Además, se plantea que las adaptaciones neuronales, como una reducción en la sensibilidad de los husos musculares y aferencias Ia (evaluadas por los reflejos H y T), pueden explicar la mayor tolerancia. Estos cambios parecen desarrollarse progresivamente durante semanas, en línea con el patrón observado en esta revisión. Esta hipótesis concuerda con trabajos anteriores que muestran disminuciones en la actividad refleja con SS crónico pero no con estiramientos agudos.
Rigidez
Tanto el SS agudo como el crónico indujeron pequeñas pero significativas reducciones en la rigidez del MTU. Estas reducciones fueron más evidentes cuando el estiramiento se realizaba con intensidades moderadas o altas, y en personas con flexibilidad normal. Esto sugiere que un cierto nivel de tensión es necesario para provocar una respuesta mecánica inmediata.
El análisis por subgrupos mostró que el tendón responde menos al SS que el músculo. Esta diferencia puede explicarse por la mayor proporción de colágeno en los tendones (65-80%), que los hace menos distensibles que el músculo. Además, como músculo y tendón están en serie, es más probable que el músculo absorba mayor parte del estiramiento, provocando más cambios en su rigidez.
Aunque los estudios utilizaron diferentes métodos para medir la rigidez (pendiente de curva torque-ángulo, elastografía, etc.), los resultados fueron consistentes en indicar una disminución global de la rigidez con SS. La reducción de la rigidez se asocia con una mayor capacidad del MTU para absorber energía, lo que podría tener implicaciones para prevenir lesiones musculares.
Longitud del fascículo
A diferencia de otras revisiones que han sugerido un posible aumento de la longitud del fascículo tras estiramientos prolongados, este análisis no encontró ninguna evidencia sólida de que el SS, ni agudo ni crónico, modifique la estructura muscular en ese sentido. Aunque algunos estudios han documentado cambios estructurales tras entrenamiento excéntrico, es probable que el SS, incluso realizado durante 6 semanas, no sea suficiente estímulo para inducir una adaptación como la sarcomerogénesis (formación de nuevos sarcómeros en serie).
También se apunta a diferencias metodológicas en estudios previos, como falta de control de variables confundentes o técnicas de medición no estandarizadas, lo cual puede haber influido en los hallazgos contradictorios.
Conclusiones
Este metaanálisis aporta claridad sobre los mecanismos del estiramiento estático, revelando que:
- El SS agudo reduce la rigidez, pero no mejora la tolerancia ni induce cambios estructurales.
- El SS crónico mejora tanto la tolerancia como reduce la rigidez, siendo ambas variables clave para aumentar el ROM.
- No hay evidencia sólida de que el SS modifique la longitud del fascículo.
Estas conclusiones tienen importantes implicaciones prácticas para profesionales clínicos y entrenadores, que deben considerar la duración y la intensidad del estiramiento según el objetivo deseado (ej. preparación inmediata vs. mejoras a largo plazo de la flexibilidad).
Acceso libre al artículo original en: http://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/04/Mechanisms-Underlying-Range-of-Motion-Improvements-Following-Acute-and-Chronic-Static.pdf
Referencia completa:
Ingram LA, Tomkinson GR, d’Unienville NMA, Gower B, Gleadhill S, Boyle T, Bennett H. Mechanisms Underlying Range of Motion Improvements Following Acute and Chronic Static Stretching: A Systematic Review, Meta-analysis and Multivariate Meta-regression. Sports Med. 2025 Apr 3. doi: 10.1007/s40279-025-02204-7.