El entrenamiento en condiciones de hipoxia ha sido ampliamente estudiado por su potencial para mejorar el rendimiento deportivo y promover adaptaciones fisiológicas beneficiosas. Tradicionalmente, se ha utilizado en atletas de resistencia con el objetivo de aumentar la producción de eritropoyetina (EPO) y, en consecuencia, mejorar la capacidad de transporte de oxígeno a través del aumento de la hemoglobina y el hematocrito. Sin embargo, en los últimos años, se ha explorado su posible aplicación en la salud cardiovascular, tanto en personas sanas como en individuos con diversas condiciones clínicas.
El ejercicio en hipoxia puede inducir adaptaciones que favorecen la eficiencia cardiovascular y metabólica. Se ha sugerido que podría mejorar la oxigenación tisular, reducir la presión arterial y aumentar la vasodilatación a través de la activación de factores como el factor inducible por hipoxia-1 (HIF-1). Sin embargo, la evidencia sigue siendo contradictoria, ya que algunos estudios han demostrado beneficios limitados o nulos en ciertos marcadores de función cardiovascular en comparación con el ejercicio en normoxia.
Dada la variabilidad en los resultados de estudios previos, esta revisión sistemática y metaanálisis tienen dos objetivos principales:
- Sintetizar los protocolos actuales de ejercicio en hipoxia utilizados en estudios clínicos y experimentales.
- Determinar comparativamente los efectos del ejercicio en hipoxia frente al ejercicio en normoxia sobre diferentes parámetros de la función cardiovascular, incluyendo la concentración de hemoglobina (Hb), la saturación arterial de oxígeno (SaO₂), la frecuencia cardíaca máxima (HRmax), la presión arterial en reposo (BP) y los niveles máximos de lactato sanguíneo.
Para garantizar la validez de los hallazgos, esta revisión incluyó exclusivamente ensayos clínicos aleatorizados (RCTs), con el fin de minimizar el sesgo y proporcionar conclusiones más precisas y aplicables a diferentes poblaciones.
Los hallazgos de esta revisión indican que el ejercicio en hipoxia no proporciona beneficios adicionales significativos en la función cardiovascular en comparación con el ejercicio en normoxia en personas sin enfermedades cardiovasculares. A pesar de que estudios previos han sugerido mejoras en la capilarización muscular y la vasodilatación, los resultados de este metaanálisis no muestran cambios relevantes en variables como la concentración de hemoglobina, la saturación de oxígeno, la frecuencia cardíaca máxima o la presión arterial en reposo.
Entre los resultados más destacados, se observó un aumento significativo en los niveles máximos de lactato en individuos jóvenes y saludables menores de 30 años, en comparación con adultos mayores de 30 años con comorbilidades o estilos de vida sedentarios. Este hallazgo sugiere que la respuesta metabólica al ejercicio en hipoxia podría estar influenciada por factores como la edad y el estado de salud general. Sin embargo, el análisis de subgrupos mostró que otros factores potencialmente confusos, como el género, el índice de masa corporal (IMC) y la duración de la intervención, no afectaron significativamente los resultados.
En cuanto a la prescripción del entrenamiento en hipoxia, los protocolos más utilizados se caracterizaron por una fracción inspirada de oxígeno (FiO₂) del 15%, sesiones de 60 minutos con una frecuencia de tres veces por semana y una duración de seis semanas. No obstante, la evidencia sugiere que las adaptaciones cardiovasculares pueden estar influenciadas por la duración de la intervención, siendo necesario un periodo más prolongado (≥12 semanas) para observar mejoras en la rigidez arterial y otros parámetros cardiovasculares.
Los resultados de este estudio contrastan con una revisión previa realizada por Montero et al., la cual reportó mejoras en la capilarización muscular y la función vasodilatadora tras el entrenamiento en hipoxia. Sin embargo, dicha revisión incluyó un menor número de participantes y estudios no aleatorizados, lo que podría haber aumentado la heterogeneidad de los datos y, en consecuencia, limitar la validez de sus conclusiones. Además, Montero et al. incluyeron individuos prehipertensos y utilizaron protocolos de entrenamiento de mayor duración (13.5 semanas), lo que podría haber influenciado los resultados obtenidos.
Otro aspecto relevante de esta revisión es que los estudios analizados incluyeron poblaciones heterogéneas, con diferentes niveles de condición física y estados de salud. Mientras que algunos estudios se centraron en atletas bien entrenados, otros incluyeron individuos con sobrepeso, obesidad o síndrome metabólico. Esta diversidad puede haber contribuido a la variabilidad en los resultados y sugiere que los efectos del entrenamiento en hipoxia pueden depender del perfil de los participantes.
Finalmente, aunque el entrenamiento en hipoxia ha sido propuesto como una estrategia potencial para mejorar la salud cardiovascular, los resultados de este metaanálisis no respaldan su superioridad sobre el entrenamiento en normoxia en personas sin enfermedades cardiovasculares. Se requieren más estudios con intervenciones de mayor duración y diferentes protocolos para evaluar con mayor precisión su impacto en la función cardiovascular.
Conclusión
El ejercicio en hipoxia no parece conferir beneficios adicionales sobre la función cardiovascular en comparación con el ejercicio en normoxia en personas sanas. Aunque puede inducir ciertas adaptaciones metabólicas en poblaciones específicas, como individuos jóvenes y saludables, su impacto general en la salud cardiovascular sigue siendo incierto. Futuras investigaciones deberían centrarse en protocolos más prolongados y en poblaciones con mayor riesgo cardiovascular para determinar si existen aplicaciones clínicas relevantes del entrenamiento en hipoxia.
Acceso libre al artículo original en: http://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/03/Effectiveness-of-hypoxic-versus-normoxic-exercise-on.pdf
Referencia completa:
Fernández-Rodríguez R, Martínez-Vizcaíno V, Reina-Gutiérrez S, Bizzozero-Peroni B, Amaro-Gahete FJ, Ortega-Fonseca JF, Torres-Costoso A. Effectiveness of hypoxic versus normoxic exercise on cardiovascular function in people without cardiovascular diseases: A systematic review and meta-analysis. Eur J Clin Invest. 2025 Mar 18:e70028. doi: 10.1111/eci.70028.