La menopausia conlleva una disminución drástica en la producción de estrógenos, lo que desencadena alteraciones en el metabolismo óseo: se incrementa la actividad de los osteoclastos, disminuye la formación ósea y se reduce la densidad mineral ósea (DMO), lo que conduce a osteoporosis.
El ejercicio físico es una intervención no farmacológica eficaz para mitigar la pérdida ósea. Numerosos ensayos clínicos aleatorizados (RCT) y metaanálisis han demostrado los beneficios del ejercicio en mujeres posmenopáusicas (PMW). Sin embargo, existe una gran variabilidad en los resultados, atribuida a diferencias en el tipo, intensidad, frecuencia y duración de los programas de ejercicio. Algunas revisiones muestran beneficios claros del ejercicio aeróbico o del entrenamiento de fuerza; otras destacan la utilidad de la vibración de cuerpo completo (WBV), mientras que algunas no encuentran diferencias significativas entre modalidades.
La mayoría de los metaanálisis previos son comparaciones directas entre dos tipos de ejercicio, limitando la capacidad de establecer cuál es la modalidad más efectiva. En contraste, el presente estudio emplea un enfoque de metaanálisis en red, que permite comparar simultáneamente múltiples intervenciones, integrando comparaciones directas e indirectas entre ellas. Este diseño robusto permite clasificar las modalidades según su eficacia en mejorar la DMO en PMW, centrándose en dos regiones anatómicas clave: la columna lumbar y el cuello femoral.
El objetivo principal del estudio es determinar, mediante este análisis comparativo, cuáles son los tipos de ejercicio más eficaces para preservar o mejorar la densidad ósea en mujeres posmenopáusicas y proporcionar así una base científica sólida para guiar las decisiones clínicas sobre prescripción de ejercicio.
El metaanálisis en red incluyó 49 estudios con un total de 3.360 mujeres posmenopáusicas. Los resultados mostraron que el ejercicio físico tiene un efecto significativo en la mejora de la DMO, tanto en la columna lumbar como en el cuello femoral. Sin embargo, la magnitud de los beneficios varía según el tipo de ejercicio.
- Ejercicio aeróbico combinado con fuerza (AE + RT):
Fue la modalidad más eficaz para ambas localizaciones óseas. Esta combinación potencia tanto la carga mecánica como la estimulación metabólica del tejido óseo. Estudios previos respaldan esta conclusión, indicando que programas multicomponente tienen un mayor impacto en la DMO que los programas basados en un solo tipo de ejercicio.
A nivel fisiológico, la resistencia mecánica de los ejercicios de fuerza estimula directamente a los osteoblastos para formar nuevo hueso, mientras que el ejercicio aeróbico puede modular positivamente los niveles hormonales (por ejemplo, aumentar el estrógeno) y mejorar el metabolismo óseo. Además, AE + RT mejora la fuerza muscular y el equilibrio, lo que reduce el riesgo de caídas y fracturas.
- Ejercicio aeróbico (AE):
También mostró beneficios claros, especialmente en la columna lumbar. Estos efectos podrían atribuirse a la regulación hormonal inducida por el ejercicio, como el aumento del estrógeno y la reducción de la resorción ósea. AE también influye favorablemente sobre los marcadores bioquímicos del metabolismo óseo. Sin embargo, el impacto es menor que el de la combinación AE + RT.
- Entrenamiento de fuerza (RT):
Fue el tercer método más eficaz. Está bien documentado que la carga mecánica del entrenamiento de fuerza activa canales iónicos en osteoblastos y osteocitos, promoviendo la formación ósea. Además, contribuye al mantenimiento de la masa ósea al mejorar la musculatura, el equilibrio y la coordinación, reduciendo así el riesgo de caídas.
La intensidad y frecuencia óptimas del RT siguen siendo inciertas. Algunos estudios sugieren que el entrenamiento de alta velocidad y dos o más sesiones semanales ofrecen los mayores beneficios, aunque estos efectos pueden perderse si se interrumpe el entrenamiento durante más de seis meses.
- Vibración de cuerpo completo (WBV):
Fue eficaz específicamente en el cuello femoral, aunque su utilidad es más controvertida. WBV mejora la fuerza muscular, el equilibrio y la estructura ósea. Además, su baja exigencia física puede convertirla en una opción interesante para personas con movilidad reducida. Sin embargo, aún existe incertidumbre sobre la dosis (frecuencia, duración, intensidad) óptima para obtener beneficios duraderos sin efectos adversos.
- Otros tipos de ejercicio (Tai Chi, caminar, ejercicio mixto, impacto):
No mostraron efectos estadísticamente significativos en la mejora de la DMO en ninguna de las dos regiones evaluadas. Aun así, algunos estudios aislados sugieren beneficios modestos del Tai Chi en la densidad ósea trabecular y cortical, y del caminar cuando se combina con entrenamiento de fuerza. En general, estas modalidades podrían ser útiles como parte de programas complementarios, pero no como intervención principal.
Conclusiones
El estudio concluye que el ejercicio físico mejora la DMO en mujeres posmenopáusicas, siendo las intervenciones más eficaces las que combinan ejercicio aeróbico y entrenamiento de fuerza (AE + RT). También resultan beneficiosos por separado el ejercicio aeróbico, el entrenamiento de fuerza y la vibración de cuerpo completo, especialmente en regiones específicas del esqueleto.
Se recomienda que las intervenciones clínicas de prevención y tratamiento de la osteoporosis en PMW incluyan programas de ejercicio estructurados, preferiblemente multicomponente. Además, se destaca la necesidad de estudios futuros de alta calidad que especifiquen con precisión los parámetros del ejercicio (tipo, intensidad, frecuencia, duración) y que incluyan mujeres de mayor edad o con limitaciones funcionales.
Acceso libre al artículo original en: http://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/04/Effect-of-different-types-of-exercise-on-bone-mineral-density-in-postmenopausal-women.pdf
Referencia completa:
Xiaoya L, Junpeng Z, Li X, Haoyang Z, Xueying F, Yu W. Effect of different types of exercise on bone mineral density in postmenopausal women: a systematic review and network meta-analysis. Sci Rep. 2025 Apr 5;15(1):11740. doi: 10.1038/s41598-025-94510-3.