Efectos del HIIT sobre el sistema nervioso autónomo

El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) ha ganado popularidad en los últimos años debido a su eficiencia en la mejora de la condición física cardiovascular, la salud metabólica y el rendimiento físico. Este tipo de entrenamiento alterna periodos de ejercicio de alta intensidad con periodos de recuperación de menor intensidad o descanso. Su efectividad lo ha convertido en una alternativa al entrenamiento continuo de intensidad moderada, especialmente para poblaciones con tiempo limitado para hacer ejercicio.

El HIIT ha demostrado beneficios en múltiples sistemas fisiológicos, como el sistema cardiovascular, el sistema pulmonar y el músculo esquelético. Por ejemplo, se ha observado que mejora la captación de oxígeno, la función vascular y la composición de fibras musculares. Además, aunque tradicionalmente se ha utilizado en atletas de alto nivel, en los últimos años se ha incorporado en la rutina de personas menos entrenadas e incluso en poblaciones con enfermedades crónicas.

Uno de los sistemas más relevantes afectados por el HIIT es el sistema nervioso autónomo (SNA), encargado de la regulación cardiovascular y la homeostasis del organismo. El SNA incluye el sistema simpático y el parasimpático, los cuales modulan la frecuencia cardíaca, la resistencia vascular y la contractilidad miocárdica en respuesta al ejercicio. Comprender cómo el HIIT impacta en el SNA es crucial para diseñar estrategias de entrenamiento efectivas y seguras.

Esta revisión integrativa tiene como objetivo sintetizar la evidencia clínica actual sobre los efectos del HIIT en el SNA. Para ello, se analizaron estudios que evaluaron exclusivamente la respuesta autonómica a intervenciones de HIIT. La importancia de este análisis radica en la necesidad de establecer protocolos estandarizados que maximicen los beneficios cardiovasculares y de salud sin comprometer la seguridad del individuo.

Los estudios revisados sugieren que el HIIT puede influir positivamente en la función del SNA, mejorando el equilibrio entre la actividad simpática y parasimpática. Sin embargo, los efectos varían en función de múltiples factores, como la intensidad del ejercicio, la duración del programa, el estado físico de los participantes y su estado de salud basal.

Uno de los principales hallazgos es la mejora en la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV), un marcador clave del tono autonómico. Se ha observado que el HIIT puede aumentar la modulación vagal (parasimpática), lo que indica una mejor capacidad de recuperación y adaptación del sistema cardiovascular. Este efecto es particularmente relevante en poblaciones con riesgo cardiovascular elevado, ya que una mayor actividad parasimpática se asocia con menor riesgo de eventos cardíacos.

Sin embargo, no todos los estudios reportaron mejoras consistentes en la HRV. Algunos encontraron incrementos en la actividad simpática, lo que sugiere que la respuesta autonómica al HIIT puede depender de variables individuales como el nivel de entrenamiento previo y la duración del programa. Además, en pacientes con diabetes tipo 2, se observó una mejora en el control glucémico tras 12 semanas de HIIT, pero sin cambios significativos en la función autonómica cardiovascular, lo que indica que podrían ser necesarias intervenciones más prolongadas para inducir cambios en el SNA.

Otro aspecto destacado en la discusión es la heterogeneidad de los estudios analizados. Existen diferencias en la estructura de los protocolos de HIIT, lo que dificulta la generalización de los resultados. Algunos estudios emplearon sesiones de intervalos muy cortos e intensos (ej. 30 segundos al 175% de la potencia máxima), mientras que otros usaron protocolos más prolongados y moderados (ej. 4 minutos al 85-95% de la frecuencia cardíaca máxima). Esta diversidad de metodologías influye en los efectos observados sobre el SNA.

Además, se señala que el momento del día en que se realiza el HIIT puede influir en la respuesta autonómica. Un estudio mostró que los sujetos con cronotipo vespertino experimentaron una mayor activación simpática antes del ejercicio nocturno, mientras que los de cronotipo matutino mostraron una mejor recuperación vagal tras el HIIT en la mañana. Este hallazgo sugiere que adaptar la sesión de HIIT al ritmo circadiano de cada persona podría optimizar sus beneficios sobre el SNA.

Otro punto clave es la posible aplicación clínica del HIIT en la monitorización y prescripción del ejercicio. Se propone que, al realizar mediciones periódicas del SNA antes y después del entrenamiento, se podría ajustar la carga de trabajo de manera personalizada para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos. En poblaciones con enfermedades crónicas, estas evaluaciones permitirían individualizar las sesiones de HIIT para evitar sobrecargas y mejorar la adherencia al entrenamiento.

Finalmente, se discuten algunas limitaciones de la revisión, como el reducido tamaño de muestra en varios estudios y la falta de una estandarización clara en los métodos de evaluación del SNA. La mayoría de los estudios utilizaron la HRV como principal indicador autonómico, pero esta medida no proporciona una visión completa de la regulación autonómica. Además, la duración de las intervenciones fue generalmente corta, por lo que se necesitan estudios a largo plazo para determinar el impacto sostenido del HIIT en la función autonómica.

Conclusiones

El HIIT tiene el potencial de modular el SNA, favoreciendo una mejor regulación cardiovascular y una mayor eficiencia autonómica. Aunque la mayoría de los estudios indican una mejora en la modulación parasimpática y la variabilidad de la frecuencia cardíaca, los resultados aún no son uniformes, lo que resalta la necesidad de considerar variables individuales en la prescripción del HIIT.

Para mejorar la aplicabilidad clínica del HIIT, se recomienda:

  1. Estandarizar los protocolos de entrenamiento para diferentes poblaciones.
  2. Realizar mediciones periódicas del SNA para ajustar la carga de trabajo de manera personalizada.
  3. Considerar la cronobiología del individuo, ajustando la sesión de HIIT a su ritmo circadiano para optimizar la respuesta autonómica.
  4. Llevar a cabo estudios con mayor duración y seguimiento, con metodologías más homogéneas.

A medida que crece la evidencia científica, el HIIT podría consolidarse como una herramienta fundamental para mejorar la función autonómica y la salud cardiovascular, especialmente en poblaciones con enfermedades metabólicas o cardiovasculares.

Acceso libre al artículo original en: http://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/03/An-integrative-review-of-the-effects-of-high-intensity.pdf

Referencia completa:

Coretti M, Donatello NN, Bianco G, Cidral-Filho FJ. An integrative review of the effects of high-intensity interval training on the autonomic nervous system. Sports Med Health Sci. 2024 Aug 20;7(2):77-84. doi: 10.1016/j.smhs.2024.08.002.

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