El balance energético es un proceso regulado por una interacción compleja entre la ingesta y el gasto energético, mediado por factores conductuales, ambientales y fisiológicos. Entre los mecanismos fisiológicos, la regulación del apetito está influenciada por señales gastrointestinales que interactúan con el hipotálamo y el tronco encefálico para mantener la homeostasis energética. En este proceso, algunas hormonas juegan un papel clave:
- Grelina acilada: única hormona periférica con efecto orexigénico (estimula el apetito).
- Péptido tirosina-tirosina (PYY) y péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1): hormonas anorexigénicas (suprimen el apetito).
Estudios previos han demostrado que el ejercicio agudo suprime la grelina acilada mientras aumenta los niveles de GLP-1 y PYY, reduciendo de forma transitoria la percepción subjetiva del apetito. Este efecto parece estar modulado por la intensidad del ejercicio, con mayores reducciones del apetito observadas en entrenamientos de alta intensidad (≥70% VO2max) en comparación con intensidades moderadas.
Entre los posibles mecanismos responsables de la supresión del apetito inducida por el ejercicio, se ha postulado que la acumulación de lactato sanguíneo desempeña un papel central. Sin embargo, otros factores como la glucosa e insulina, que tienen efectos bien documentados en la regulación del apetito postprandial, podrían estar involucrados. En condiciones normales, el aumento de la glucosa post-ingesta eleva el GLP-1 y suprime la grelina acilada, lo que reduce la percepción del hambre y la ingesta de alimentos.
Estudios previos han mostrado que la glucosa y la insulina presentan incrementos transitorios post-ejercicio, especialmente en actividades de alta intensidad. No obstante, su posible papel en la modulación del apetito post-ejercicio no está completamente comprendido. Por lo tanto, este estudio busca evaluar si las elevaciones de glucosa e insulina inducidas por el ejercicio contribuyen a la reducción del apetito post-ejercicio.
Los hallazgos de este estudio sugieren que, si bien la glucosa plasmática se eleva inmediatamente después del ejercicio en comparación con el grupo control, estos cambios no parecen desempeñar un papel relevante en la supresión del apetito inducida por el ejercicio. En términos generales, el entrenamiento por intervalos de alta intensidad (SIT) produjo una mayor reducción del apetito en comparación con el entrenamiento continuo de intensidad moderada (MICT) y el grupo de control (sin ejercicio). Además, se observó que SIT generó una supresión más marcada de la grelina acilada y un aumento en GLP-1 en comparación con MICT y el control.
A continuación, se analizan los principales hallazgos en detalle:
- Glucosa e insulina post-ejercicio
- Se observó un aumento significativo de la glucosa plasmática inmediatamente después del ejercicio, tanto en SIT como en MICT, pero los niveles retornaron rápidamente a valores basales.
- No se hallaron diferencias significativas entre los protocolos de ejercicio en cuanto a la concentración de insulina, lo que sugiere que la respuesta insulínica al ejercicio no es un factor clave en la regulación del apetito post-ejercicio.
- Hormonas reguladoras del apetito
- Grelina acilada: su concentración se redujo significativamente después del ejercicio, especialmente tras SIT. Este efecto se mantuvo hasta 120 minutos post-ejercicio.
- GLP-1: los niveles de GLP-1 aumentaron tras MICT y SIT en comparación con el grupo control. Sin embargo, MICT mostró un aumento mayor en los niveles iniciales de GLP-1 en comparación con SIT.
- PYY: no se observaron diferencias significativas en la concentración de PYY post-ejercicio, lo que indica que esta hormona puede no estar directamente involucrada en la supresión del apetito inducida por el ejercicio en este contexto.
- Percepción subjetiva del apetito
- La percepción del apetito se redujo más significativamente después de SIT en comparación con MICT y el grupo control.
- Aunque MICT también disminuyó la sensación de hambre, el efecto fue menos pronunciado y más transitorio.
- Interacciones entre glucosa y hormonas del apetito
- Se encontró una correlación negativa entre los cambios en la glucosa y los niveles de grelina acilada post-ejercicio, lo que sugiere que un aumento transitorio de la glucosa podría contribuir a la supresión de la grelina. Sin embargo, la correlación fue moderada y no suficiente para explicar completamente la reducción del apetito.
- No se hallaron correlaciones significativas entre los cambios en la insulina y las hormonas reguladoras del apetito o la percepción del hambre, lo que refuerza la idea de que la insulina no es un mediador clave en la supresión del apetito inducida por el ejercicio.
Los resultados de este estudio están en línea con investigaciones previas que han reportado una reducción del apetito post-ejercicio debido a la supresión de la grelina acilada y al aumento de GLP-1. Además, refuerzan la evidencia de que la intensidad del ejercicio juega un papel fundamental en la magnitud del efecto sobre el apetito, con protocolos de alta intensidad generando una mayor supresión del hambre.
Sin embargo, a diferencia de estudios que han sugerido un papel de la glucosa e insulina en la regulación del apetito postprandial, los hallazgos actuales indican que estos factores no son determinantes en la supresión del apetito inducida por el ejercicio. Este resultado sugiere que otros mecanismos, como la acumulación de lactato sanguíneo, pueden ser más relevantes en este proceso.
En términos prácticos, estos resultados tienen implicaciones importantes para la prescripción del ejercicio en contextos de control del peso y regulación del apetito. Los programas de ejercicio que incluyen sesiones de alta intensidad pueden ser más efectivos para inducir una supresión del apetito post-ejercicio, lo que podría ayudar a mejorar el control de la ingesta energética.
Conclusión
Los resultados de este estudio indican que las elevaciones de la glucosa plasmática post-ejercicio no juegan un papel determinante en la supresión del apetito inducida por el ejercicio. En cambio, la reducción del apetito parece estar más relacionada con la supresión de la grelina acilada y el aumento de GLP-1, particularmente después de entrenamientos de alta intensidad. Estos hallazgos refuerzan la idea de que el ejercicio, especialmente el de alta intensidad, puede ser una estrategia efectiva para la regulación del apetito y el control del peso corporal.
Acceso libre al artículo original en: http://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/03/Are-post-exercise-plasma-glucose-elevations.pdf
Referencia completa:
Bornath DPD, McCarthy SF, Tucker JAL, Cohen TR, Medeiros PJ, Hazell TJ. Are post-exercise plasma glucose elevations involved in exercise-induced appetite suppression? Appl Physiol Nutr Metab. 2025 Feb 21. doi: 10.1139/apnm-2024-0331.