Unos niveles subóptimos de hierro puede ser el resultado de un consumo de hierro escaso, limitada biodisponibilidad y/o inadecuado consumo energético. También puede deberse a un exceso de necesidad en periodo de crecimiento, entrenamiento en altura, pérdida de sangre menstrual, hemólisis en corredores o exceso de pérdida por sudor, orina o heces. Distintas pruebas diagnósticas pueden determinar el estado de deficiencia: ferritina sérica, saturación de la transferrina, hierro sérico, receptor de transferrina, protoporfirina, hemoglobina, hematocrito y volumen corpuscular medio. Los atletas que no pueden mantener los niveles adecuados de hierro pueden necesitar suplementos de hierro en dosis mayores que las recomendadas por una adecuada nutrición (ejemplo, >18 mg/día para mujeres y >8 mg/día para hombres). La suplementación con hierro siempre ha de estar prescrita por un médico y en dosis elevadas solo debe aportarse cuando está presente una deficiencia de hierro. (Maughan RJ, et al. Br J Sports Med 2018;52:439–455. doi:10.1136/bjsports-2018-099027)
Suplementación con micronutrientes en atletas (2): Hierro
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